Preguntas Frecuentes
Los materiales más comunes para las reconstrucciones dentales son la resina compuesta (composite) y la cerámica o porcelana. La resina compuesta es ideal para reparaciones en dientes con daños menores, ya que permite realizar ajustes precisos de manera rápida y es una opción económica y conservadora. Por otro lado, la cerámica es la elección preferida para casos de daño más extenso, ya que imita de manera natural el color y la translucidez del esmalte dental, ofreciendo mayor durabilidad y resistencia.
Se recomienda una buena higiene bucal y evitar alimentos muy duros para prolongar la vida útil de la reconstrucción. Además, acudir a revisiones periódicas ayuda a mantener el tratamiento en óptimas condiciones.
La durabilidad depende del material y del cuidado dental del paciente. Las reconstrucciones de composite pueden durar entre 5 y 7 años, mientras que las de cerámica pueden durar hasta 15 años o más, con una buena higiene y revisiones regulares.
La reconstrucción dental se realiza generalmente bajo anestesia local, por lo que el procedimiento no es doloroso. Tras el tratamiento, puede haber una ligera molestia que desaparece rápidamente.
Sí, después de un tratamiento de conducto, el diente suele quedar debilitado y se recomienda una reconstrucción para protegerlo y evitar fracturas. En algunos casos, puede ser necesaria una corona para reforzar el diente completamente.
Se recomienda una corona cuando el diente está muy dañado o debilitado por caries, fracturas, o desgaste significativo, cuando ha pasado por un tratamiento de conducto y necesita soporte adicional, o cuando se busca mejorar la estética de un diente desgastado.